| ESTUDIA PRIMARIA CON 85 AÑOS |
Sus nietos fueron quienes la inscribieron para que retomara sus estudios. Según contó Micaela, tiene pensado continuar ahora con la secundaria.
Micaela Burgos es una abuela de 87 años que, a pesar de los golpes que le ha dado la vida, siempre decidió seguir hacia delante. Y haciendo caso omiso a su avanzada edad, esta simpática y amable anciana ha decidido retomar sus estudios primarios, que habían quedado truncos cuando apenas era una niña que cursaba el tercer grado.
No sólo asiste al CENS Blas Barrera, sino que, además, es la mejor alumna de la clase, obteniendo altas calificaciones en sus estudios.
Pero esta abuela no está sola, sino que recibe el apoyo de su familia, que fue la autora intelectual del retorno de Micaela a la escuela.
Dotada de una gran lucidez y amabilidad, esta mujer se ha convertido en un ejemplo de lucha y desuperación para todos aquellos que alguna vez han pensado en bajar los brazos, y para aquellos que piensan que el tren ya pasó y no habrá una segunda oportunidad.
La vida le dio golpes muy duros a esta mujer que ha tenido que sufrir cuatro veces uno de los dolores más terribles que puede padecer un ser humano: la muerte de sus hijos por diferentes causas, situaciones que fueron marcando poco a poco el corazón de Micaela. Pero, a pesar de tantos cachetazos, siempre consiguió salir adelante, sobreponiéndose a la adversidad.
El último de los golpes ocurrió el año pasado, cuando falleció el cuarto hijo a causa de un accidente. A raíz de esto, y como esta anciana vivía sola en San Juan, su familia de Mendoza decidió traerla a nuestra provincia para que estuviera acompañada de sus seres queridos.
La depresión en la que se estaba sumiendo Micaela llevó a que su familia pensara en alguna actividad para que desarrollara. Queríamos que tuviera una obligación, que volviera a ser la misma que siempre fue, comentó Lilia Berrocale, hija de Micaela.
Sue así como, tras observar el amor de Micaela por la lectura, y conociendo que a pesar de disfrutar tanto de leer y escribir sólo había cursado hasta el tercer grado de la primaria, le propusieron retomar la escuela.
La infancia de Micaela fue complicada, las condiciones económicas de su familia obligaron a que desde pequeña saliera a trabajar y, además, se dedicara a la crianza de sus 13 hermanos, por lo que nunca pudo encontrar el tiempo que lepermitiera retomar los estudios: Cuando dejé la escuela, empecé a trabajar en el campo y en la casa, pero nunca dejé de leer y escribir, no podía ir al colegio, pero tenía la base de lo que había aprendido, relató la tierna abuela. Sin embargo, la vida le tenía preparada a Micaela fuertes pruebas.
Dos de sus hijos murieron, mientras que una tercera falleció en 1995 después de haberla acompañado durante 36 años. La muerte de un cuarto hijo el año pasado terminó por golpear a la abuela a punto de hacerla caer.
Al ver a Micaela, sus nietos decidieron inscribirla en un CENS de la zona (Blas Barrera) para distraerla realizando alguna actividad. Fuimos con mi hermana Marianela a hablar con la directora y nos dijo que si ella (por Micaela) quería, podía ir algunos días, dos o tres horas, pero después no nos la podíamos traer, relató Exequiel, nieto de Micaela, y agregó: Salimos del CENS y nos fuimos a la librería a comprarle las carpetas y los útiles.
Cuando llegamos a casa, le dijimos Nona, te tenemos una noticia: mañana empezás la escuela. Siempre nos ha dejado con la boca abierta con todas sus actitudes y la madurez con que asume las cosas, relató Lilia, quien se mostró orgullosa por los logros de su mamá.
Si bien regresar al colegio era un gran desafió, la abuela dijo sí de inmediato: Cuando entré, me tomaron un examen y me pusieron en cuarto, pero ya avancé, declaró.
La mujer es la mejor del curso y ya se ha hecho amiga de todos sus compañeros. Tengo una carpeta excelente, me gusta mucho Lengua y no tanto Matemática (confiesa tener problemas con las fracciones). Además, mis compañeros son muy buenos conmigo: cuando llego, tengo que saludar a uno por uno, y siempre me alcanzan la única silla tapizada, indicó la abuela y agregó que no sale al recreo. Desde que llego hasta que nos vamos me quedo sentada leyendo o escribiendo, relató.
Y se ha tomado tan a pecho sus obligaciones que, según relata su familia, ya no les presta la misma atención. Le gusta tanto ir que, cuando va a la escuela, camina rápido, y de vuelta ya viene despacito. Antes nos hacía el té; ahora, si la llegamos a molestar mientras está haciendo tareas de la escuela,Alexis, quien también relató que a Micaela le gusta tanto leer que a veces la tenemos que retar, porque tiene los ojos colorados; va pasando por algún lado, ve una revista y se olvida de todo, y cuando nosotros no sabemos cómo se escribe una palabra, ella sí, siempre encontrás servilletas escritas.
Tras finalizar la primaria, la abuela va por más y ya tiene pensado continuar con los estudios superiores: Tengo mis primeros 87, si Dios me da vida, voy a hacer la secundaria. Entre tanto ejemplo de lucha, Micaela les da un mensaje a aquellos que no le encuentran sentido a seguir avanzando en la vida: Si se quiere, se puede, dice esta abuela que, a pesar de los golpes de la vida, y de sus 87 años, aún tiene mucho por delante, y está avanzando, ante el asombro de varios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario